CIUDAD DE MÉXICO.- Algunos calendarios o agendas marcan este 04 de abril como Día contra la Prostitución Infantil, al buscar por quién fue instituido no hay información clara, pero eso es lo de menos. Lo cierto es que el flagelo del comercio sexual contra niños y niñas es real.
Una aclaración pertinente es que los niños y las niñas no se prostituyen sino que son prostituidos, vendidos o comercializados como si fueran objetos, por otras personas. Los niños y niñas que son prostituidos es uno problemas que se enmarca entre los tipos más graves y detestables de violencia contra los niños, que es la figura de la explotación sexual.
En este momento, una niña es agredida por su padrastro y tirada a la calle donde comienza a pasar sus días sola. En algún lugar una adolescente lucha para construir su autoestima después de sufrir por décadas de abuso físico, psicológico y sexual. En las grandes capitales como el Distrito Federal en México niñas y niños son obligados a vender sus cuerpos. Son niños víctimas de violencia que ha llegado a ser endémica, como resultado directo de la profunda y arraigada pobreza, corrupción e injusticias sociales.
Visión Mundial realizó la investigación “Rostros de Violencia en América Latina y el Caribe” en 2001, la cual muestra que cada año, millones de personas en el mundo, la mayoría mujeres, niños, niñas y adolescentes, son vendidos, coaccionados o sometidos a situaciones de explotación laboral, sexual o de servidumbre.
Por lo cual, la Explotación Sexual Infantil, es un fenómeno calificado como una forma moderna de esclavitud infantil derivada de una globalización sin respeto a la dignidad y derechos humanos de niñas, niños y adolescentes.
En la investigación, Visión Mundial constató que en las mismas calles las autoridades encargadas de respetar y mantener el orden, agreden y abusan de adultos y personas menores de edad sin riesgo de ser castigadas por ello. La falta de voluntad política para trabajar en las causas de la violencia y sus distintas expresiones, agrava cada día más la situación. Estos hallazgos aún son actuales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años fueron forzados a tener relaciones sexuales o experimentaron otras formas de violencia sexual durante el 2002. Por su parte la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que, en el 2004, 1.8 millones de niños, niñas y adolescentes fueron involucrados en prostitución y pornografía.
Se sabe que hoy, en el mundo, hay expandidas redes de prostitución infantil que llegan hasta los lugares más apartados con falsas promesas de mejorar la calidad de vida y enganchan a niños y niñas quieren mejorar sus condiciones de vida. Estas redes de prostitución infantil son una forma organizada de comercio sexual, en muchas ocasiones es tolerada por la sociedad y deja huellas psicológicas en el infante imposibles de borrar. A pesar de ser un problema de graves magnitudes, no hay cifras exactas sobre el tema debido a que esta se practica de manera clandestina.
Situación en México
La explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes se define como “todo tipo de actividad en que una persona usa el cuerpo de una niña, un niño o un adolescente para sacar ventaja o provecho de carácter sexual y/o económico sobre la base de una relación de poder; considerándose como explotador tanto a aquel que intermedia u ofrece la posibilidad de la relación a un tercero como aquel que mantiene la misma con el niño, niña o adolescente, no importando si ésta es frecuente, ocasional o permanente. Se incluye dentro de la categoría de explotación sexual comercial la prostitución; la producción, distribución y consumo de pornografía infantil; el turismo sexual y la venta y tráfico de niños, niñas y adolescentes”[1].
La explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en México es un fenómeno lacerante que se ha incrementado en los últimos años y constituye una modalidad particularmente cruel de explotación. Según datos de UNICEF (2000) y el Sistema Nacional para el Desarrollo de la Infancia y la Familia (DIF), en territorio mexicano hay alrededor de 20 mil niñas, niños y adolescentes, mexicanos y centroamericanos, explotados sexualmente. Casi un 80% son niñas de entre 10 y 14 años de edad. Como no todos los casos son denunciados y esta práctica se mantiene en secreto, estas cifras pueden ser mayores.
En 2008 durante el III Congreso Mundial contra la explotación sexual de niños y adolescentes en Río de Janeiro, la ONU hablo de 70 mil niñas, niños y adolescentes; 50 mil en las fronteras y 20 mil en el resto de la república mexicana[2].
Recordemos que México es visto a nivel mundial como destino de turismo sexual. El problema afecta a los grandes polos turísticos del país como Tijuana, Cancún y Acapulco, así como Ciudad de México, Guadalajara, Tapachula y Ciudad Juárez. Por ello, México es conocido como “el Bangkok de Latinoamérica”. Según una investigación realizada en el 2003, estas ciudades acogen a miles de niños, niñas y adolescentes (NNA) atrapados en la prostitución, en su mayoría explotados por turistas provenientes de Estados Unidos.
A pesar de algunos avances en la legislación, aún existen vacíos no cubiertos. Por ejemplo, en el Código Penal se mantiene el concepto de “delitos contra la moral pública y las buenas costumbres”, en lugar de aludir a la protección del libre desarrollo de la personalidad, que sería un concepto más acorde con la dignidad de las víctimas.
Se requieren avances legislativos no sólo en lo punitivo, sino también en materia preventiva. Hace falta garantizar que las niñas, los niños y los adolescentes sean tratados como víctimas y no como delincuentes, y que sus voces sean escuchadas y tomadas en cuenta.
Visión Mundial combate activamente el turismo sexual a través de campañas de prevención, intervención y cuidado posterior de las víctimas. Se esfuerza por abolir las formas más extremas y peligrosas de trabajo (explotación) infantil, tales como explotación sexual comercial, trabajo esclavo, cualquier trabajo que involucre a niños muy pequeños y cualquier trabajo que sea peligroso para la salud física, emocional o espiritual de los niños y niñas.
Por su parte la sociedad debe enterarse de lo que está sucediendo y tomar conciencia de la magnitud del problema. Es necesario llevar el tema a espacios educativos y fomentar, en la familia, un ambiente de confianza y de fortalecimiento de valores. La labor de prevención debe ocupar un lugar de privilegio.
Como parte de su misión, Visión Mundial de México pone a su disposición información de las zonas en que tiene presencia, así como contacto directo con el personal que labora en estas regiones con la única petición de mencionar la fuente. Visión Mundial de México es parte de la Confraternidad Internacional de World Vision, organización fundada en 1950 y que actualmente tiene presencia en cerca de 100 países en tres líneas básicas: Desarrollo transformador; Promoción de la Justicia y; Prevención, emergencia y rehabilitación para responder ante desastres y conflictos en las regiones que así lo requieran, independientemente de la religión, raza, grupo étnico o género. Lo anterior es lo que justifica nuestra presencia en países como Indonesia, Irak, Liberia, Chad entre otros.
[1] Casa Alianza-ECPAT-Audrey Hepburn Children Foundation. Investigación regional sobre tráfico, prostitución, pornografía infantil y turismo sexual infantil en México y Centroamérica, Costa Rica, 2002
[2] Redes Comunitarias de detección y protección contra la ESCI. Infancia Común e Indesol, 2008.