- En seguimiento de la Resolución la 62ª Asamblea Mundial de la Salud de la OMS realizada en mayo de 2009, durante la primera Conferencia Mundial sobre los Determinantes Sociales de la Salud realizada del 19 al 21 de octubre en Río de Janeiro, Brasil en la cual participa Visión Mundial.
CIUDAD DE MÉXICO.- Adolescentes y jóvenes de las Américas -algunos involucrados en la Campaña Salud Infantil Primero promovida por la Oficina Regional de Visión Mundial para América Latina y el Caribe- se comprometieron a trabajar sobre los determinantes sociales de la salud para beneficiar a las comunidades más vulnerables en sus países, en el marco de la Conferencia Mundial sobre las Determinantes Sociales de la Salud, para recabar apoyo en favor de la aplicación de medidas que busquen reducir las inequidades.
Los determinantes sociales de la salud son las circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud. Esas circunstancias son el resultado de la distribución del dinero, el poder y los recursos a nivel mundial, nacional y local, que depende a su vez de las políticas adoptadas. También explican la mayor parte de las inequidades sanitarias, esto es, de las diferencias injustas y evitables observadas en y entre los países en lo que respecta a la situación sanitaria.
Este encuentro organizado por Visión Mundial y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se realizó el 18 de octubre de 2011, y se llamó “Movilizando y creando conciencia entre los adolescentes y jóvenes sobre los determinantes sociales de la salud como una forma de implementar cambios”. La subdirectora de la OPS, doctora Socorro Gross, encabezó este encuentro junto a otros técnicos de la organización.
A partir de la Consulta Regional con las Organizaciones No Gubernamentales de las Américas, realizada en San José de Costa Rica en agosto de 2011, Visión Mundial y la OPS realizaron una alianza para incluir "las voces de los jóvenes" en la consulta, por ser el grupo mayoritario en la región y el que más fuerza potencial tiene para llevar adelante los cambios.
Visión Mundial con el apoyo técnico de la OPS hizo una consulta en El Salvador, Honduras, República Dominicana, Bolivia y Brasil, con la participación de más de 1500 adolescentes y jóvenes que expresaron sus opiniones en torno a la gobernanza, la participación de la comunidad y el papel del sector salud.
Durante la actividad en Rio de Janeiro los jóvenes expresaron su voz a través de un documento de posicionamiento y compromiso frente a los determinantes sociales de la salud. Un párrafo de dicho pronunciamiento expresa lo siguiente: “Queremos reiterar que somos un grupo poco representado, que si bien estamos conscientes de ser responsables de nuestra salud y queremos participar en las decisiones que nos conciernen, representamos también una gran fuerza social que queremos que sea tomada en cuenta para reducir las inequidades en nuestra región. Tenemos experiencia en desarrollo comunitario dirigido a reducir la pobreza e impulsar nuevas alternativas de desarrollo. Ofrecemos nuestro compromiso y requerimos ser incluidos en las estrategas de información y formación sobre los Determinantes Sociales de la Salud que se desarrollen a nivel nacional, subregional y regional”.
Los temas abordados en la Conferencia que se llevo a cabo en Rio de Janeiro, se enmarcaron dentro de la agenda de la Campaña Global de Visión Mundial:“Salud Infantil Primero”, que busca contribuir a la reducción de la mortalidad infantil y materna de la región para el 2015, a través del desarrollo de acciones que permitan asegurar que los estados de la región prioricen la equidad en el acceso a servicios de calidad para los sectores más vulnerables y excluidos, aumentando la inversión y desarrollando programas de promoción, prevención y asistencia a nivel de las comunidades dando prioridad a los niños y niñas menores de 5 años y las adolescentes y jóvenes mujeres pertenecientes a los grupos de mayor exclusión social.
Visión Mundial, ha facilitado que adolescentes y jóvenes de las comunidades donde trabaja, participen en este encuentro para que ellos sean portavoces de su realidad y propongan cambios que permitan actuar sobre los determinantes sociales a fin de garantizar la rendición de cuentas y la equidad.
Actualmente, hay una brecha de casi 20 años en la esperanza de la vida entre los países de América Latina y el Caribe. Un niño que nace en Haití puede esperar vivir hasta los 61 años, mientras un niño nacido en Costa Rica podría vivir no menos de 79 años. Los promedios nacionales en nuestra región, esconden grandes inequidades: el promedio nacional de Bolivia para la mortalidad infantil es de 50 niños por mil nacidos vivos, mientras que en el norte de Potosí, zona de mayor población indígena y de bajos recursos, la tasa es de 170 niños por mil nacidos vivos. En los países desarrollados, como los de la Unión Europea, la tasa de mortalidad en menores de 5 años es de 13 por cada 1000. No hay ninguna razón biológica o genética en estas diferencias alarmantes de la oportunidad de vida y la salud.
“Lo importante es influir para que la voluntad política de nuestros gobiernos incluya nuestra participación y responda a nuestro derecho a la salud en sus programas”, expresó un joven hondureño participante en el encuentro.
Estas reuniones son el preámbulo para posicionar temas prioritarios en la próxima reunión del Grupo de los 20 (G-20) a realizarse en México en 2012.
Como parte de su misión, Visión Mundial de México pone a su disposición información de las zonas en que tiene presencia, así como contacto directo con el personal que labora en estas regiones con la única petición de mencionar la fuente. Visión Mundial de México es parte de la Confraternidad Internacional de World Vision, organización fundada en 1950, expandiéndose a Asia, Latinoamérica, África, el Medio Este y Europa del Este, atendiendo actualmente a más de 100 millones de personas en 98 países del mundo. A través de sus acciones busca abordar las causas de la pobreza enfocándose en las necesidades de la comunidad tales como agua, sanidad, educación, salud, capacitación, empoderamiento comunitario y desarrollo económico, así como ayuda humanitaria en emergencias, ampliando y fortaleciendo sus esfuerzos de incidencia, especialmente en temas relacionados con la supervivencia de la niñez y alivio de la pobreza en las regiones que así lo requieran, independientemente de la religión, raza, grupo étnico o género.
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