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Diario de Ecatepec

México entro lo urbano y lo rural

México entro lo urbano y lo rural

CIUDAD DE MÉXICO.- México es una nación de jóvenes. De los 107 millones de habitantes, 37.5 millones (35% del total) tiene menos de 18 años de edad. Esta es una de las mayores riquezas con las que cuenta, además de su diversidad cultural y vasta historia.

 

Es también una de los grupos más vulnerables y con riesgos considerables debido, entre otros factores, a los enormes contrastes y desigualdades que afectan directamente la calidad de vida de los niños, las niñas y los jóvenes.

 

Cuando un niño nace en México su futuro y su sano crecimiento dependerán en gran manera de donde ha nacido y del acceso que tenga a servicios de salud, cuidados básicos y el entorno comunitario en donde se desarrollará. No se está delimitando únicamente a estos factores el desarrollo de la persona, pero cuando ubicamos a un recién nacido en uno de los estados con los más altos índices de marginación y pobreza, las condiciones son diferentes y de llamar la atención.

 

Estados como Oaxaca, Guerrero y Chiapas se ubican como las entidades con mayor pobreza y donde los accesos a servicios básicos son escasos y en algunas ocasiones nulos. Aquí la tasa de mortalidad infantil ocupa los tres primeros lugares, en contraste con la Ciudad de México que presenta la tasa más baja donde el acceso al servicio médico abarca a más personas.

 

Los niños y las niñas nacidas en estos estados se enfrentan a servicios médicos ubicados lejos de sus hogares, prácticas de mayor riesgo como los alumbramientos en hogares lo que deriva en un escaso seguimiento de su salud y su crecimiento. Sumadas a estas características las condiciones de pobreza de la familia en general.

 

Aquí también se ubicarían las muertes por enfermedades respiratorias en los niños de 0 a 4 años de edad. Mientras un porcentaje alto es ocasionado por los cambios de clima y cuidados mínimos en los recién nacidos, otro porcentaje considerable está relacionado directamente a los hogares rurales y de escasos recursos, donde las familias mantienen fogones o la estufa dentro de la vivienda ocasionando que sus habitantes respiren gases tóxicos para el ser humano.

 

Estos humos tóxicos provocan enfermedades respiratorias graves, como la EPOC[1], mismas que pueden ser prevenidas cuando las condiciones de la vivienda cambian y los fogones se sustituyen por otro tipo de estufas o calentadores, pero esto no sucede cuando la familia carece de recursos económicos y/o de información para cuidar a sus hijos e hijas.

 

Así podemos ejemplificar otros indicadores relacionados a la salud, el acceso a servicios médicos y la infancia que crece en condiciones desiguales y estrechamente relacionados a la pobreza.

 

Por ejemplo, el 70% de los niños y niñas que viven en el estado de Chiapas presentan un alto riesgo nutricional[2] y los porcentajes son similares en Oaxaca (61%) y Guerrero (58%). Este riesgo nutricional deriva en desnutrición que en casos llega a ser severa con daños irreversibles que se hacen presentes en el aprendizaje y desarrollo físico de los niños y las niñas.

 

Así la disparidad presente en México muestra su rostro más duro en los niños, las niñas y los adolescentes que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema. Estas son visibles en sus hogares, la infraestructura comunitaria, su vestimenta; son aparentemente invisibles en el acceso a servicios médicos, atención a padecimientos menores o prevenibles y su desarrollo físico, pero son lo que más afectan a largo plazo pues generan jóvenes débiles o vulnerables en salud y con capacidades disminuidas para trabajar y/o educarse.

 

El avance en servicios de salud y atención médica en México es notable, por ejemplo se ha logrado casi un 90% en esquema de vacunación lo que se refleja en la erradicación de enfermedades como la poliomelitis, pero mientras existan niños y niñas que tienen que caminar más de dos horas para recibir un medicamento para gripe, temperatura o atención urgente, seguiremos haciendo notar la disparidad y la urgencia en otorgar las mismas condiciones paras todas las personas, especialmente para los niños y las niñas.

 

En este segundo milenio la salud no debería de ser un lujo o un servicio para pocas personas. Es responsabilidad de todos el involucrarnos y responder desde donde nos sea posible: gobiernos, ONG’s y público en general volteando hacia los más necesitados y nuestra respuesta que busque una mejor calidad de vida global.

 

Como parte de su misión, Visión Mundial de México pone a su disposición información de las zonas en que tiene presencia, así como contacto directo con el personal que labora en estas regiones con la única petición de mencionar la fuente. Visión Mundial de México es parte de la Confraternidad Internacional de World Vision, organización fundada en 1950 y que actualmente tiene presencia en cerca de 100 países en tres líneas básicas: Desarrollo transformador; Promoción de la Justicia y; Prevención, emergencia y rehabilitación para responder ante desastres y conflictos en las regiones que así lo requieran, independientemente de la religión, raza, grupo étnico o género. Lo anterior es lo que justifica nuestra presencia en países como Indonesia, Irak, Liberia, Chad entre otros.



[1] La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (en inglés COPD - chronic obstructive pulmonary disease) es una enfermedad pulmonar que se caracteriza por la existencia de una obstrucción de las vías aéreas (progresivamente) y en general no reversible. Está causada, principalmente, por el humo (del tabaco entre otros) y produce como síntoma principal una disminución de la capacidad respiratoria, que avanza lentamente con el paso de los años y ocasiona un deterioro considerable en la calidad de vida de las personas afectadas.

[2] De acuerdo al Índice de Riesgo Nutricional de los Municipios, 2000. MEXICO.

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