El Estado de México próspero y seguro que difunde Peña Nieto no existe
La realidad se impone a la imagen prefabricada y difundida por el gobierno de Peña Nieto
Justicia por propia mano en Xalostoc; malestar colectivo por exceso de realidad
Juan Pablo García Vallejo
Ecatepec, México.- (Linchamientos).- El ambiente de deshumanización propio de las sociedades distópicas se agudizo en el poblado ecatepense de San Pedro Xalostoc cuando vecinos enardecidos lincharon en la plaza central a un delincuente que había asaltado a una pareja momentos antes. Pero la violencia poco a poco fue creciendo, involucrando a más gentes hasta llegar a un linchamiento masivo que es muestra de grandes sentimientos de odio, prepotencia, y que dio paso a un enfrentamiento con los policías municipales y de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE), para rescatar delincuente detenido y golpeado que falleció en el lugar.
La imagen el Estado de México como un estado próspero y seguro sólo queda en el pensamiento nostálgico y en las fotografías prefabricadas y difundidas por el gobierno de Peña Nieto, porque ya en el siglo XXI, con una gran sobrepoblación que demanda muchos servicios sociales y el atraso histórico en la dotación estos hacen de los asentamientos periféricos un completo campo de batalla donde gana el más fuerte, el muchos casos la delincuencia organizada, y en casos esporádicos se manifiesta la justicia colectiva por la propia multitud que tiene un inmenso malestar contra la inseguridad y la policías y que llega a la violencia extrema y construye verdaderas expresiones de barbarie
A los gritos de auxilio para ayudar a las pareja y detener los asaltantes se continuó con la aprehensión de uno de ellos, conducirlo a la plaza principal del poblado donde fue golpeado constantemente y posteriormente para convocar a los vecinos, que se encontraban tranquilamente en sus casas, se recurrió al tradicional toque de campanas que llama a una alerta social, medio de comunicación pueblerino despreciado por los nuevos pobladores, que solo lo consideran como llamadas a misa, pero esto fue el inicio de una fiesta de odio colectivo contra el delincuente.
La periferia de los municipios conurbados de las grandes ciudades sólo es importante cuando se queman coches, afirmaba un estudioso francés, y con el episodio de Fuenteovejuna en San Pedro Xalostoc y el incendio y destrucción de tres patrullas se comprueba una vez más. Pues es ahí donde se concentran grandes cantidades de población donde se multiplican los problemas sociales de inseguridad, falta de oportunidades, es el escenario propio o adecuado para incubar actos delincuenciales múltiples, en intensidad y daño, los psicólogos dicen que los pensamientos desesperados conducen a actos desesperados, como los asaltos para sobrevivir aunque causen daños a terceros.
Los linchamientos tienen su metodología trágica para presentarse: escoger a un chivo expiatorio, un extraño, un extranjero, un delincuente para castigarlo sin clemencia ni juicio alguno por parte de sus verdugos populares y fomentar un sentimiento de prepotencia entre la muchedumbre anónima participante.
Este caso, será desgraciadamente uno más que se agreguen a los sucedidos en años anteriores por los cuales se instituyó un premio de investigación académica de estas experiencias colectivas extremas y queda nada más como consuelo social, porque en la práctica no se disminuye la delincuencia ni mucho menos se termina la ineficacia policiaca.
La policía a pesar de contar con muchos recursos de comunicación y vigilancia no pudo hacer nada para que se consumara el linchamiento, y como venganza, no hay otra forma de decirlo, invadieron las calles del centro de San Pedro para intentar controlar a los iracundos vecinos, de los cuales sólo algunos fueron detenidos.
El linchamiento de Xalostoc dará mucho de que hablar y constata que nadie, ni delincuentes, ni vecinos ni políticos famosos estamos a salvo en este Estado de México que tiene el primer lugar en ser terreno propicio para sembrar el terror y el miedo colectivo aunque gasten millones en prefabricar un Estado que no existe.
1 comentario
Miguel Angel -
Ejercer un linchamiento creo que nos hace dar pasos atras en nuestro civismo, pero como pueblo que soy creo al igual que la mayoría que es actualmente la unica forma de castigar a los que nos reprimen.
Esta impotencia tambien se dirige a nuestros representantes que no pueden o no quieren cumplir con sus deberes. Ahí están una parte de "nuestros valientes policias" asaltando y extorsionando tanto a gente inocente como apadrinando a delincuentes, la diferencia es que ellos lo hacen con placa.
Señores representantes nuestros, ¿cuando asalten y en el peor de los casos maten a un ser querido suyo tambien van a guardarse su impotencia, o entonces SI van a ejercer la ley como deberían hacerlo para todos? Piensenlo bien esto es una ruleta rusa y mañana les puede tocar a ustedes (si no es que ya les tocó).