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Diario de Ecatepec

La construcción de la lesbiana perversa de Beatriz Gimeno, revela los rostros de la lesbofobia como el sexismo, el racismo y la exclusión

La construcción de la lesbiana perversa de Beatriz Gimeno, revela los rostros de la lesbofobia como el sexismo, el racismo y la exclusión

Por Juan Pablo García Vallejo

México, DF (Cultura).- En las más recientes entregas de ésta sección se ha mencionado muchos aspectos de la tercera epidemia del VIH: la discriminación social y varias formas de intolerancia, exclusión, invisibilización como la homofobia, la transfobia y la lesbofobia. Y con la llegada a México del libro de Beatriz Gimeno, La construcción de la lesbiana perversa. Visibilidad y representación de las lesbianas en los medios de comunicación. El caso de Dolores Vázquez Wanninkhof, es una excelente oportunidad para explicar qué es eso de la lesbofobia y cuales son sus principales agentes culturales, sociológicos y políticos que la promueven.

Quizás ya se ha disminuido el linchamiento social hacia varios grupos de la llamada diversidad sexual gracias a su visibilidad en los últimos años con programas de TV como  Will & Grace, Helen etc. pero sigue habiendo persecución, señalamiento morboso y agresivo sobre las mujeres lesbianas, homosexuales, personas transgénero hasta llegar a los crímenes de odio.

La construcción de la lesbiana perversa es un libro bastante útil para sexólogos, defensores de los derechos humanos, militantes de la comunidad arco iris, periodistas policíacos, tanatologos, estudiantes interesados en el análisis del discurso, las defensoras de la política de género y los que quieren conocer cómo se construye los casos de linchamiento social y moral, la participación limitada siempre de las instituciones de justicia, el papel perverso del periodismo impreso y el aliento de venganza social en la comunidad donde suceden los hechos.

En este testimonio, Beatriz Gimeno destacada militante de la diversidad sexual española desmenuza el discurso periodístico en los tres principales periódicos de España (El País, el Mundo y ABC) a partir de las noticias aparecidas en ellos y cómo se va conociendo y deformando el asesinato de la joven Roció Wanninkhof, el cual fue catalogado al principio como un crimen pasional o una violación simulada para ocultar un asalto.

Con esto la policía creía haber resuelto el caso, pero sin encontrar culpables, hasta que suceden otros feminicidios en comunidades cercanas y finalmente aparece Dolores Vázquez, llamada políticamente incorrecta la amiga intima de la madre de Rocío, y con está presencia antes invisibilizada se crea el chivo expiatorio perfecto para dar por cerrado el caso, ofrecer un buen espectáculo para vender en la nota roja y alentar  los deseos de justicia por propia mano de los familiares o vecinos de la joven.

A lo largo de 10 capítulos, Beatriz Gimena nos va desenredando la madeja de la construcción social de la lesbofobia, que es un miedo irracional a todo lo relacionado con las lesbianas o su representación social y sexual. O más sencillo, “pánico a la homosexualidad femenina”. Siempre tiene en cuenta el discurso hegemónico sexual masculino (la heteronormatividad, heterocentrado o heteropatriarcal) en cada participante, sea la Guardia Civil, sean los periodistas de El País, el Mundo y el ABC, o los propios vecinos y familiares de la víctima.

Beatriz Gimeno admite que desde 1999 cuando se dio a conocer este crimen no le dio importancia, sólo con el paso de los años se interesó en él y comenzó su análisis del discurso sexista y misógino y la construcción social.

Luego nos explica lo esencial de este crimen para pasar a un traslado de protagonista víctima de la joven Wanninkhof al caso Dolores Vázquez, la presunta asesina. Se detiene un poco para dar antecedentes de la representación social de la lesbiana desde el siglo XIX, donde se idea la imagen de una lesbiana masculinizada, de un monstruo sexual que atenta contra la sociedad patriarcal, etc. Un estereotipo que ganó toda la credibilidad de los periódicos y linchó moralmente a Dolores Vázquez sin tener ninguna prueba de su culpabilidad.

“Su linchamiento mediático y popular no sólo sirvió a la justicia para salir del paso en este caso concreto, sino que cumplió con uno de los mandatos  de la lesbofobia: servir de régimen de control de la sexualidad de todas las mujeres poniendo en juego muchas de las herramientas utilizadas secularmente para subordinar la sexualidad lesbiana a la heteronormatividad”.

Es acusada falsamente cuando aparece en muchas de las fotografías junto con la madre de Rocío y con quien lleva una amistad de 20 años, y aparece la lesbiana masculinizada, fortachona, practicante de karate con todas las características de ser una homicida, pero que en realidad no lo fue.

Beatriz Gimeno hace una excelente desestructuración de la lesbofobia que es útil para muchos periodistas que no saben nada y ponen sus prejuicios para dañar a otros, creyendo que sus notas son las mejores y solo aumentan la confusión de la sociedad y protegen la ineficiencia de las policías. (Marzo 11/2009)  

Beatriz Gimeno. La construcción de la lesbiana perversa. Editorial Gedisa, Col. Testimonios, Barcelona, 2008, 225 pp.

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